miércoles, 22 de junio de 2011

Indignación

Reconozco que al principio fui un poco excéptico con los "indignados", pero poco a poco me fueron ganando. Creo que la mejor expresión que los puede definir se resume en la frase "la acampada era solo una herramiento, a partir del 19 de junio seguimos trabajando", pronunciada por uno de ellos. Y si había dudas sobre cómo el movimiento indignado iba a ser efectivo, las acciones lo están demostrando: provocar el desconcierto y la necesidad de buscar soluciones en los otros, en los acomodados en el sistema. Tras el campamento en las plazas, acciones como la ocupación de Valcárcel ha desconcertado a los políticos, al igual que el saludo matinal a los diputados en el Congreso preparado para hoy mismo. Y tras el desconcierto, dirigentes políticos, sociales y económicos tendrán que revisar sus posiciones y atender la demanda social, pues el movimiento en vez de perder consistencia, se fortalece.  

2 comentarios:

José Joaquín Rodríguez dijo...

El sistema había creado una forma de protesta mansa como era la manifestación. Los indignados la cogieron y la llevaron a sus últimas consecuencias: no una queja espontánea y luego a casa a dormir (lo que tristemente sí hacen unos sindicatos que, por cierto, ¿dónde están?).

Y me hace gracia que, a pesar de su conducta modélica en el 99% de los casos, los medios más conservadores los ataquen y los vinculen con todo, el terrorismo lo primero. Supongo que quien cree en la espada no puede creer en la pluma, y quien cree en la porra no puede creer en las demostraciones pacíficas.

Mariano Del Río dijo...

Sería interesante que viéras las manifestaciones de J.L. Sampedro en un aforo de los "indignados" que cuelga del youtube. Me permito, con tu permiso, adjuntar el enlace que está constituído por dos partes. No tiene desperdicio y emana la filosofía humanística más pura.
http://www.youtube.com/watch?v=PX4OKaK6dfE&feature=related