domingo, 31 de julio de 2011

La Pepa


Siguen algunos empeñados en negar que a la Constitución de 1812 se la conoció, ya en el siglo XIX, como “La Pepa”. Sin pretender reiniciar una polémica sobre el tema, creo conveniente señalar que hay argumentos suficientes que lo avalan, argumentos que ya publiqué anteriormente, algunos de los cuales recuerdo ahora aquí.
En una obra del prestigio del Diccionario de Historia de España, publicado en 1952, en la voz Constitución de 1812, escrita por Gaspar Gómez de la Serna, se indica que el nombre “La Pepa” lo puso el pueblo, y que el “Viva la Pepa” fue el clamor de las primeras conspiraciones liberales. También en el Diccionario político español, histórico y biográfico (desde Carlos IV hasta 1936), de Ángel Ossorio y Gallardo, publicado en 1945, se explica la exclamación “Viva la Pepa”, como un grito sobre la Constitución de 1812. Con anterioridad, Melchor Fernández Almagro en su obra Orígenes del régimen constitucional en España (1928), escribió “«¡Viva la Pepa!» será el grito cifrado de los constitucionales, en días aciagos de clandestinidad y persecución”, recordando que «Pepa» era “gaditana de cuna”. Si es cierto que Pérez Galdós en el episodio Cádiz no alude a “La Pepa”, también lo es que lo hizo en otras obras, como Carlos VI en la Rápita o en España Trágica, por citar dos ejemplos. Y también José María Pemán, que no demostró ninguna simpatía por la Constitución de 1812, explicó el sentido del nombre y del grito “Viva la Pepa”, aunque no lo hiciera en Cuando las Cortes de Cádiz. Lo hizo, por ejemplo, en La Historia de España contada con sencillez, publicada por primera vez en 1938, y lo repitió en Un laureado civil: Vida y hazañas de Don Domingo de Torres en los días de la Independencia de América, publicado en 1944, (se puede leer también en sus Obras Completas (1947).
            También hay documentación de la época que avala el trabajo de los historiadores, aunque sea difícil de localizar, dificultad que se explica si recordamos, como hace Miguel Artola en la Historia de España de Menéndez Pidal, t. 32, que “Viva la Pepa” era un grito subversivo –y perseguido- de los “iniciados” en la conspiración liberal. Sin embargo, se pueden encontrar testimonios, de los que citaremos algunos.
Por ejemplo la “Letrilla que cantaba un liberal”, publicada en El fiscal patriótico de España, el 25 de abril de 1814, donde el “la Pepa”, alude a la Constitución de 1812. También lo encontramos en el periódico El Zurriago, por ejemplo, en los números 35, 41 y 44, correspondientes a los meses de abril, mayo y junio de 1822. Y en 1823 se reimprimió en Vitoria, en la imprenta de la Viuda de Larumbe e Hijo un Testamento de la Constitucion. En el nombre de Dios Todopoderoso, Amen. Sepan cuantos vieren esta pública escritura de Testamento y última disposicion, como yo, la infalible, sabia, feliz, inmortal, la niña adorada, venerada, aplaudida, sagrada, la Pepa Constitucion...  Hay todavía ejemplos posteriores, como “La nueva letra para el himno de Riego”, publicada en El crisol, el 9 del 9 de 1842, donde dice “¡¡y Viva la Pepa!! / gritad españoles”. Y si queda alguna duda de que a la Constitución de 1812 se la conocía a mediados del siglo XIX como “La Pepa”, se puede leer en el periódico El genio de la libertad, del 25 de octubre de 1844, un artículo completo, metafórico, dedicado a “La Pepa”, es decir a la Constitución de Cádiz.
Y uno de los testimonios más contundentes es el del historiador y jurista español Juan Rico que publicó en 1855 que a la Constitución de 1812 le decían “sus padres”, los diputados de 1812, “La Niña”, para diferenciarla “de las demás constituciones” que tuvo España después”. Y en el párrafo siguiente escribió que “La Pepa” era el nombre que le dio “el vulgo a la Constitución del año 20”, es decir a la Constitución de 1812 repuesta en 1820 y vigente durante el Trienio Liberal.
Como decía, son testimonios que, entre otros, ya había publicado. No muy tarde, Felipe Barbosa y yo ofreceremos más.

sábado, 30 de julio de 2011

Carteles


Una de mis aficiones cuando viajo es fotografíar carteles y anuncios. Pongo dos diferentes fotografiados en Ginebra, pero los había por otras ciudades de Suiza. El primero anuncia y ofrece bolsas de plástico a dueños de perros. El segundo expresa la prohibición de servir bebidas alcohólicas a menores de 18 años, haciendo una excepción a mayores de 16 que pueden beber cerveza, sidra o vino. Quizás a alguien le parezca mal, pero creo que es una forma de educar.

Poco a poco subiré otras curiosas.

A por el cuarto

A por el cuarto, o a por la cuarta. Manuel Chaves, tercer presidente de la Comisión Nacional, ocupará el cargo durante apenas cuatro o cinco meses. Casi seguro que en diciembre, tres meses escasos antes del 19 de marzo de 2012, habrá otro presidente u otra presidenta de la Comisión, pues no parece probable que tras las elecciones convocadas para el 20-N, Chaves siga de vicepresidente en el nuevo gobierno.

Hay quien hablaba hace unas semanas del gafe del Bicentenario. No sé si hay gafe o no, pero lo que si me parece es que tanto cambio no es bueno, aunque en este caso sea obligado por el calendario electoral.

Patrimonios de la humanidad

La capital de Suiza, Berna, y la población mexicana de Tlacotalpan sólo tienen, en principio, en común que ambas son ciudades definidas por un río. El Aar en el caso de la población helvética, el Papaloapan en la mexicana. Pero tienen además en común que ambas han sido declaradas por la UNESCO "patrimonio de la humanidad": en 1983 lo consiguió Berna, quince años después Tlacotalpan.


Berna es una hermosa ciudad de unos 140.000 habitantes, con un impresionante casco histórico construido en un meandro del río Aar. Una ciudad medieval muy bien conservada, que se une a la ciudad moderna a través de las Bubenbergplazt y Bahnhofplazt, unidas a su vez por una moderna y atractiva cubierta de acero y cristal que cobija un gran centro de comunicaciones (ferrocarril, metro, autobuses, tranvías…) Posiblemente la mejor forma de llegar a Berna es en ferrocarril, pues, al salir de la estación, se accede casi directamente a la ciudad histórica.


Para llegar a Tlacotalpan, que apenas supera los 8.000 habitantes, hay que recorrer una estrecha carretera trazada entre ríos -el Papaloapan y dos afluentes-, para desembocar en una pequeña ciudad caracterizada por un trazado urbano rectilíneo, con edificios de una sola planta -en algunos casos dos- pintados de vivos colores.

Ciudad administrativa, universitaria y turística la primera, pesquera, artesanal y musical la segunda, ambas son un auténtico placer estético para el visitante, que puede pasear por sus calles admirando edificios muy bien conservados, cuidados con orgullo y casi con mimo por sus habitantes, como ha ocurrido con Tlacotalpan que en el año 2010 sufrió dos inundaciones, una de ellas con aguas que superaron el metro y medio de altura, y que, pocos meses después, volvía a lucir en todo su esplendor gracias al trabajo personal de sus vecinos y a la ayuda económica de la administración.

Y es que, además de la belleza de sus conjuntos históricos, de la limpieza de sus calles -qué difícil encontrar papeles en el suelo-, y de las facilidades al paseante frente al tráfico rodado, ambas poblaciones destacan por el carácter de sus habitantes, orgullosos de sus ciudades, concienciados de la importancia de cuidarlas, de mantener su aspecto y sus tradiciones. Paseando por las calles de Tlacotalpan y de Berna, admirando el cromatismo de las fachadas mexicanas, o las fuentes y soportales de la capital suiza, terminas pensando qué difícil es que Cádiz sea reconocida como patrimonio de la humanidad; pese a su fantástico casco histórico dieciochesco y decimonónico, pese su cuidado trazado urbano. Mientras que sus habitantes no dejen de ensuciar sus calles y fachadas, mientras que no se respeten las zonas peatonales, mientras que los gaditanos no tomen conciencia de que hay que cuidar la ciudad, difícilmente se logrará el reconocimiento de la UNESCO.
Publicado en Diario de Cádiz, 30 de julio de 2011

viernes, 29 de julio de 2011

20-N

Me parece fantástico que Rodríguez Zapatero se retire con un nuevo guiño: convocar elecciones el 20 N. Para su retirada oficial ha escogido una fecha histórica, simbólica, a la que el denostado Zapatero parece que intenta cambiar el simbolismo. Ya no será la fecha de la muerte de Franco, la fecha del fin de la dictadura, sino la fecha del fin de la etapa de Zapatero.
Tras las elecciones del 22 de mayo pasado era evidente que había que adelantar las elecciones generales y, tras muchas dudas y consultas, ya hay fecha, el 20-N de 2011.
En las pasadas elecciones municipales pesó más en el electorado la situación económica y política española, que la problemática local. La crisis, internacional pese a que muchos se empeñen en decir que el único culpable es Zapatero, se ha gestionado mal por el propio presidente del gobierno, negándola al principio, “suavizándola” después, dando recursos financieros a quienes parecen ser los verdaderos responsables, hasta que la evidencia ha sido absoluta: aumento del paro, cierres de empresas, etc.El movimiento "Democracia Real ya", las concentraciones de los indignados, han evidenciado un cansancio con el sistema actual que ahora se puede cuestionar en unas elecciones.  
Era necesario el cierre del actual período legislativo y el adelanto de las elecciones, que los ciudadanos elijan a un nuevo gobierno y que éste gestione la crisis, busque soluciones al problema del paro y abra nuevas expectativas a los indignados y desesperanzados. Pero, como recordaba Josep Fontana en "La marea negra", hay que mirar con lupa qué y a quién se vota, no vayamos a dar las riendas a quienes se mofan de las protestas de los indignados.

martes, 26 de julio de 2011

Entrada anterior

Por un error, la entrada anterior sobre el deterioro del mobiliario y patrimonio urbano de Cádiz, se publicó en Diario de Cádiz el día 23 de julio, cuando debió salir el 16.
No me vino mal el error, pues el 17 salimos hacia Suiza y así me ahorré un artículo en pleno viaje.

Suiza, de donde llegamos ayer, es una fantástica experiencia.

sábado, 16 de julio de 2011

Deterioro del mobiliario urbano


            Por mucho que lo repitamos, por mucho que lo denuncien partidos políticos, asociaciones de vecinos o particulares y por mucho que el gobierno municipal recuerde periódicamente cuánto dinero hay que gastar para reponer el vandalismo y la dejación de los gaditanos, el problema se ha vuelto endémico y parece que no tiene solución. Pero eso no debe convertir el deterioro del patrimonio local y los destrozos del mobiliario urbano en una cuestión de absurda disputa política. Cuando un colectivo o un particular, denuncia desperfectos en la balaustrada de la Alameda, desgraciadamente, casi siempre tiene razón. Y si puede ser cierto que los operarios municipales habían reparado un trozo recientemente, también es cierto que hay muchos otros trozos rotos o muy deteriorados.
            Los ejemplos son muchos. Hace sólo un par de días algún vándalo había arrancado los reposabrazos de un banco de la plaza de Mina, y se habrá sentido satisfecho de su demostración de fuerza, y de estulticia. (Aunque lo de los bancos de dicha plaza es para una serie. Se ha puesto de moda sentarse en el respaldar y no en el banco, ensuciando el asiento e inutilizándolo para otros usuarios). El monumento a Miranda es una muestra de abandono y desidia, convertido su entorno en un vertedero, en el que algún alma caritativa da de comer a los gatos que merodean por la plaza. Las pintadas por las fachadas son constantes, alguna, con una declaración de amor sobre la piedra ostionera de la actual facultad de Ciencias del Trabajo, es también un monumento a la estupidez. La lista es interminable.     
            La culpa no la tiene nadie en concreto y es de todos. Pese a presumir de cultura y saber estar, lo que estamos demostrando en Cádiz es todo lo contrario. Los gaditanos, que nos pasamos las horas cantando nuestras glorias pasadas, recitando que es la ciudad más hermosa del mundo, quejándonos de que no nos dan el tratamiento que nos merecemos, pese a ser la ciudad más antigua de occidente y la más simpática, suspendemos en cultura. El vandalismo contra el mobiliario urbano, contra edificios, monumentos, fachadas, estatuas, fuentes, lápidas y un largo etcétera, es una enfermedad gaditana que demuestra la poca cultura de los que lo ejecutan y de los gaditanos en general.
            La experiencia indica que es muy complicado terminar con ello, es complicado para los colectivos, los particulares y para el ayuntamiento, pero, por eso mismo, las denuncias sobre el deterioro y la desaparición de patrimonio y mobiliario urbano no deben convertirse en disputa política, pues hay que interpretar que todos tenemos el mismo objetivo, cuidar de Cádiz y de su imagen. Cádiz, que el próximo año celebrará el Bicentenario de la Constitución de 1812 y será Capital Iberoamericana de la Cultura, debe terminar con esta lacra y hacerlo no es sólo obligación las autoridades, es tarea de todos.
Publicado en Diario de Cádiz, 23 de julio de 2011

viernes, 15 de julio de 2011

Tiempo de camaleones


            Los camaleones son unos reptiles escamosos, de pequeño tamaño, famosos por su habilidad de cambiar de color según las circunstancias y el lugar en el que reposan. Tienen fama por su rápida y alargada lengua, que no es sinónimo de verdadera, y por sus ojos que se mueven con independencia, siendo capaces de mirar, al mismo tiempo, a la izquierda y a la derecha. Por eso, coloquialmente, cuando decimos que un individuo es un camaleón usamos el término para definir a una persona voluble, cambiante, adaptable a cualquier cambio o circunstancia, que adapta su comportamiento y características personales según los tiempos sociales y políticos que transcurren. 
            En la vida política actual hay algunos camaleones. Hay quienes han cambiado de color, sin pudor alguno, en función de su pérdida de privilegios y comisiones, arrimándose a quién ejerce el poder en cada tiempo y momento, siguiendo sus intereses, es decir, los de su bolsillo. Por eso son capaces de pelotear durante años a los de un color y, en cuestión de semanas, de cambiar su discurso, el color, y convertirse en aduladores de los nuevos detentadores del poder.
            Es el estilo de los que se arriman al poder lo ejerza quien lo ejerza, de los que no dudan, no en renegar de su pasado, si no que son capaces de negarlo como si nunca hubiera existido. Son aquellos que por mantenerse a la sombra de quien manda les da igual escribir la hagiografía, o las miserias de unos y otros, de cambiar elogios o deméritos de quien haga falta, siempre amarrados al pesebre. Camaleones, al fin y al cabo.

sábado, 9 de julio de 2011

Marea negra


Con este título, el historiador Joseph Fontana ha publicado unas reflexiones sobre los recientes acontecimientos sociales y políticos desarrollados en España que no me resisto a resumir y comentar.
Escribe Fontana con cierta carga de pesimismo, pero también de razón, que hace tiempo dejó de creer en la racionalidad de la especie humana, poniendo como ejemplo de irracionalidad a quienes se inmolan en un atentado suicida con la esperanza de gozar de un paraíso en el más allá, o a los que siguen preceptos irracionales de sus iglesias, con la esperanza de una recompensa en otro paraíso. Pero, advierte el historiador, que no es menos irracional la conducta de los votantes que eligen a políticos que van a gobernar contra sus intereses, la de aquellos que votan a presuntos imputados, incluso a imputados por corrupción y que representan, dice Fontana, no a una derecha renovada, sino a la “heredera del franquismo”, la que no duda en poner en solfa la identidad del estado, la credibilidad de nuestro crédito, la que critica al gobierno central de conducir a la ruina a las pequeñas empresas mientras adeuda cientos de millones de euros a pequeños empresarios, la que denuncia sin pruebas ante los medio espionaje político y luego se retracta (aunque no se disculpa), la que denuncia negocios dudosos y corruptelas de los otros, mientras hace la vista gorda con las propias, con negocios que están ya en los tribunales por su ilegalidad, e impone en las listas a dirigentes imputados que han logrado con artimañas legales retrasar la comparecencia ante los jueces. No dudan en cuestionar la política económica nacional, aunque pongan en peligro la estabilidad del estado, dispuestos, parece, a incluirnos en los rescates programados por las exigencias del “consenso de Berlín”, recortando más nuestros derechos sociales.
            Pero el párrafo más pesimista de Fontana es aquel que, en cierta medida se dirige a los “indignados”, a quienes se han manifestado libre y voluntariamente en las plazas de nuestras ciudades, a quienes están reivindicando la dignidad y la conciencia política y social, a los que buscan pacíficamente un cambio, una sociedad renovada que priorice la vida de los individuos por encima de los intereses económicos y políticos, los que sueñan con un cambio en la sociedad y en la conciencia social. Reconociendo la importancia del movimiento, Fontana reflexiona, “resulta triste tener que decirles a los jóvenes indignados que se manifiestan en nuestras plazas que no van a conseguir nada, entre otras razones porque sus padres se han encargado de votar a quienes no sólo hacen mofa de sus protestas”. Como señala el gran historiador catalán, “Va a haber que trabajar mucho, y con mucha seriedad, para librarnos de la marea negra que nos invade”.
Publicado en Diario de Cádiz, 9 de julio de 2011

miércoles, 6 de julio de 2011

Cádiz, capital del reino

Como contaba José Antonio Hidalgo en Diario de Cádiz
http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/1012286/la/expo/anulada/se/ideo/para/abrirla/durante.html
comenzamos Gelos y yo a hablar de la exposición hace ahora cuatro años, y la pensamos para ofrecérsela a Diputación e inaugurarla el 19 de marzo de 2011 con motivo del Día de la Provincia, y en junio de 2008 se presentó el proyecto en una rueda de prensa en el salón Carlos IV de Diputación. Ahí están las hemerotecas.
Ha sido un trabajo apasionante, a nuestra ilusión se unió la de Carlos, Diana e Hilda que han realizado un trabajo excelente de documentación: más de 1.500 fichas (para hacer esas 1.500 fichas calculo que se habrán "consultado" más de 6.000 piezas); hemos tenido muchas reuniones y puestas en común en las que he aprendido bastante con las ideas e iniciativas de mis compañeros..., por eso creo que no hemos perdido el tiempo y convertiremos la exposición en una muestra virtual que abriremos a quienes deseen consultarla en el 2012.

domingo, 3 de julio de 2011

sábado, 2 de julio de 2011

De fiesta


        En su Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas y sobre su origen en España, Jovellanos al tratar sobre las diversiones populares, escribió: “Este pueblo necesita diversiones, pero no espectáculos. No ha menester que el gobierno le divierta, pero sí que le deje divertirse (...) Un día de fiesta claro y sereno en que pueda libremente pasear, correr, tirar a la barra, jugar a la pelota, al tejuelo, a los bolos, merendar, beber, bailar y triscar por el campo, llenará todos sus deseos y le ofrecerá la diversión y el placer más cumplidos. ¡A tan poca costa se puede divertir a un pueblo, por grande y numeroso que sea! Sin embargo, ¿cómo es posible que la mayor parte de los pueblos de España no se divierten en manera alguna? (…) El celo indiscreto de no pocos jueces se persuade a que la mayor perfección del gobierno municipal se cifra en la sujeción del pueblo (…) En consecuencia, cualquiera bulla, cualquiera gresca o algazara recibe el nombre de asonada y alboroto.”

            Mirando el calendario festivo actual se puede concluir que las quejas de Jovellanos cayeron en saco roto y que el panorama de las diversiones populares sigue en retroceso. Aunque han surgido celebraciones motivadas nuevas, como la del Día de la Constitución, lo cierto es que se han supri­mido muchas fiestas, principalmente religiosas, mientras que se ha generalizado declarar festivos días que antes no lo eran, como el Lunes de Pascua, mientras se cambia de día de la semana fiestas como el Corpus, celebrado siempre el jueves correspondiente y trasladada a domingo con la finalidad de concentrar el tiempo festivo para que no altere el ritmo laboral. De esta manera el número de fiestas es claramente hoy mucho más reducido que antaño, aunque estrictamente no lo sea el tiempo de recesión del trabajo.
            Y en la misma línea da la impresión de que muchas fiestas tradicionales, forzadas por disposiciones políticas, económicas y sociales, pierden sus características tradicionales y se reinterpretan con valores sociales homogéneos y actuales, muy diferentes a los que las motivaron. Hay menos fiestas y los tiempos festivos están hoy menos diferenciados Este proceso reductivo y homogeneizado, no queda del todo explicado aludiendo a factores económicos. El proceso de modernización y seculariza­ción debe ser también tenido en cuenta. Y a ello debe añadirse la transformación de la población activa, el despoblamiento de las zonas rurales, etc., y todo el conjunto de factores que ha contribuido a una homogeneización cultural. De todo ello trataremos en un curso de verano de la UCA que comienza esta semana con el patrocinio de la Fundación Cruzcampo, donde se hablará del Carnaval, el Corpus, las Romerías, las Ferias, las Cruces de Mayo, las fiestas de Moros y Cristianos y la gastronomía en tiempos de fiesta.
Publicado en Diario de Cádiz, 2 de julio de 2011