sábado, 22 de diciembre de 2012

Sin brújula



El sábado pasado en el PSOE andaluz cantaron aleluyas cuando se publicó el informe del IESA, que dice que los socialistas serían la fuerza más votada si se celebraran elecciones autonómicas. Un 39,2% de los votos, frente al 30,7% del PP, lo que sitúa la diferencia entre las dos fuerzas en 8,5 puntos a favor de los socialistas. Lo que no explicaban los exultantes mensajes es que esa diferencia se debe a la pérdida de apoyos del PP, y no a una mejora de resultados socialista; antes al contrario, el PSOE ha perdido una décima de punto, pues en las últimas elecciones obtuvo el 39,3% de los votos y el PP el 40,6%. Es, pues, la debacle de los “populares” la que concede ventaja a un PSOE que no levanta cabeza, aunque por unos instantes hayan creído lo contrario.
Esta absurda euforia de los socialistas andaluces es una muestra más de lo desnortados que están, pérdida de sentido a la que no son ajenos ni la cúpula del PSOE, ni los francotiradores que, en tiempos de crisis, surgen por cualquier rincón disparando sin ton, ni son. Y, por lo publicado, se constató en la última reunión de la dirección nacional, en la que, al hacer balance del año, se dedicaron  a la autocomplacencia y a ratificar que lo que tienen que hacer es oposición al gobierno, y “hacerlo de manera responsable y desde un profundo compromiso social”, un mensaje vacuo, retórico y tópico, pues esa, y no otra, es lo tarea que al PSOE le han encomendado los votantes. No es que tengan que hacerlo, es que no pueden hacer otra cosa.
        Por eso sorprende que de la reunión de la cúpula socialista no haya trascendido, prácticamente, nada más, que en su informe sobre un año en la oposición la dirección del PSOE no hiciera mención a la confusa y difícil situación del partido, limitándose a repetir el manido mensaje de que no es éste el momento de plantearse el futuro, cuando eso, y no otra cosa, es lo que está detrás de las discusiones sobre el liderazgo socialista, o sobre la petición reiterada de que se convoque un congreso extraordinario y primarias para escoger, o ratificar, al Secretario General que dirija al PSOE en los próximos años, e ir perfilando quién debe ser el próximo candidato a la Presidencia del Gobierno. Pérez Rubalcaba fue elegido para ser candidato en noviembre de 2011, perdió y, por ello, debe ratificarse, o no, su liderazgo. Pero la cúpula socialista no parece dispuesta. Parece que andan sin brújula, que han perdido el norte.

Publicado en Diario de Cádiz, 22 de diciembre de 2012

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