Lleva tiempo el equipo de gobierno municipal, con el alcalde a la cabeza, reclamando que JB Fernández firme el bono social eléctrico, que beneficiaría, al parecer, a unas dos mil familias gaditanas, pero Fernández se niega a hacerlo, pese a que se aprobó, en el Consejo de Administración con los votos del PP, como él mismo se ha encargado de recordar, mientras justifica la negativa de su firma aludiendo a la falta de una mayoría cualificada.
El bono fue aprobado por cinco votos contra cuatro. Los votos favorables fueron los de los partidos políticos que representan al ayuntamiento -propietario, no se olvide, del 55% de Eléctrica de Cádiz- incluido el voto de JB, que después se niega a firmar lo que él mismo votó. Solo caben dos interpretaciones, y las dos parecen verosímiles.
JB Fernández votó a favor a sabiendas de que no lo iba aplicar, fue un voto falsario, un voto cara a la galería para poder argüir que el PP no se opone al bono. Pero, además, con su negativa a firmar, JB apoya a los vocales que votaron que no, a los representantes de las dos grandes empresas -Endesa y Unicaja- accionistas de Eléctrica de Cádiz, que son las que se oponen al bono social eléctrico.
Quien haya seguido mínimamente la trayectoria política de JB Fernández, no puede sorprenderse de la coherencia de su actitud.
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