miércoles, 5 de octubre de 2011

No todos son políticos corruptos


Un debate en un foro interno me hace retomar parte de un artículo que publiqué en marzo pasado.
Actualmente existen en España un total de 8.116 municipios (según el INE a 01-01-2011), lo que significa que hay igual número de alcaldes y casi 65.200 concejales, incluyendo los alcaldes. Hay 19 comunidades autónomas –incluyendo a Ceuta y Melilla-, que, sin citar en muchos casos a presidentes y consejeros, en tanto que ostentan también otros cargos de representación política, suponen en conjunto más de 1.200 diputados (sin contar, en este caso, con Ceuta y Melilla), en los parlamentos autonómicos; a los que habría que sumar el gobierno central y el Congreso y el Senado, que reúnen a más de 600 individuos entre diputados al Congreso y senadores. Todo ello supone que hay un mínimo de 67.000 cargos electos en España.
            La página web del “corrúptodromo” en España, “no les votes”, denuncia unos 45 “casos importantes” de corrupción y unos 185 casos a nivel local o regional. Es decir, sin dudar en absoluto de la estadística dada, suman unos 230 casos de corruptelas en España: una cifra importante, absolutamente denunciable y rechazable -pues lo que hay que conseguir es que no haya ni un caso-, pero de la que no cabe concluir que todos los políticos son corruptos, que todos los políticos son unos ladrones. Frente a más de 67.000 políticos en activo, apenas dos centenares y medio de casos de corrupción política, que no pueden, ni deben, empañar, la imagen de la política y los políticos en  España.    
            Es cierto que hay una imagen negativa de los políticos que se debe en buena parte a ellos, no por las presuntas corruptelas, sino por su cinismo ante la defensa numantina y equivocada de la corrupción que procede de sus propias filas. El peor ejemplo no lo dan los corruptos, sino los partidos a cuyas siglas están afiliados y a su tardía reacción ante los presuntos corruptos. No se pueden pedir responsabilidades políticas por lo EREs descubiertos en Andalucía, y negar responsabilidades políticas en el caso Rodríguez de Castro de la Zona Franca de Cádiz. No se puede pedir la dimisión del expresidente andaluz por una presunta corruptela no demostrada, y al mismo tiempo exigir presunción de inocencia por el caso de los trajes en la Comunidad Valenciana. Flaco favor le hacen a la democracia quienes ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio.

1 comentario:

J.R.S dijo...

Siendo ciertos y correctos los datos que aportas tambien lo es que los ciudadanos califican a los politicos como uno de los problemas más importantes del país, por delante incluso del terrorismo. En razon de ello algo debe fallar en el sistema , para que esas calificaciones se produzcan.