miércoles, 2 de octubre de 2013

La mala imagen de los políticos

Lo de la mala imagen de los políticos no es cosa nueva. Lo que ocurre es que la opinión de los ciudadanos no siempre se ha podido expresar, no siempre se ha podido manifestar. Recuerdo cuando ví, hace ya muchos años, a El Carota, ayudándose del borde de la barra de un bar, intentar doblar una peseta, pues quería romperle la cara a quien allí aparecía representado. Esa crítica, popular y casi espontánea, no se podía expresar públicamente.

En el último tercio del siglo XIX, en la que ya se legisló modulando la libertad de expresión, se podían encontrar críticas sobre los ministros tan mordaces como las que siguen.
 
Un ministro, al tomar posesión. Carátula de una caja de cerillas.

   Un ministro, al hacer dimisión. Carátula de una caja de cerillas.

No hay comentarios: